lunes, 14 de abril de 2014

El día de reyes

    Ya vienen los reyes magos, ya vienen los reyes magos, caminito de Belén, olé, olé, olá.....

    Este y otros villancicos nos relatan la llegada de los reyes magos ese 5 de Enero que no muchos años dormimos bien, porque no nos vamos a engañar, mas de uno se acuesta nervioso/a.

    Y es que es todo un ritual que desde bien pequeños, antes incluso de saber hablar perfectamente, ya sabemos, hay que limpiar la bota, hay que dejar leche, mantecadas, una mandarina y marchar pronto para la cama, porque como sus majestades nos vieran despiertos no venían. Ellos saben cuando somos buenos, cuando somos malos. Por la mañana sentíamos una mezcla de sueño y nerviosismo y aún con un ojo cerrado y descalzos, bajábamos rápido a ver cuantas cosas había, a abrirlas rápidamente y sorprendernos porque alguna vez nuestro pequeño sueño se hacia realidad.

    No sabemos cuantas veces a lo largo del día repetíamos las cosas que sus majestades nos habían traído  y el aguinaldo que nos habían dejado. Después de misa, nos cargábamos con una bolsa, cuanto más grande mejor, e íbamos desde casa Gloria hasta la de Conso, a correr el aguinaldo, toda la mañana, cantando villancicos, o no, y las abuelas nos congratulaban con manzanas, naranjas, peladillas, turrón, gominolas y muy de vez en cuando caía alguna moneda de 100 pesetas. Luego llegábamos a casa y todo lo conseguido nos duraba hasta bien entrado febrero.


 

    Al día siguiente de reyes, tocaba recoger el belén, el árbol  los juguetes, y de golpe y porrazo, volver a la realidad. Y es que aunque sea una de las mejores mañanas significa el fin de las navidades.

  Un saludo